Aimer Perdre, de los hermanos Harpo y Lenny Guit.


Cuando Armande conoce a Ronnie las apuestas están dadas para que Aimer perdre se transforme en una peculiarísima comedia romántica, en particular luego de que una noche de juerga y juegos –primero a puertas cerradas, luego en el casino, finalmente en el balcón de un tercer jugador– parece marcar finalmente un cambio de tendencia en los resultados. Los Guit no intentan de ninguna manera hacer un retrato generacional a partir de un personaje tan extremo, y la provocación –que es parte esencial de su concepto cinematográfico– sólo puede leerse como desenfadada ironía, pero tampoco es posible escaparle a la idea de que la vulgaridad puede no ser otra cosa que una máscara para esconder una profunda fragilidad. Un miedo a estar en el mundo (y a los fracasos inevitables que ello implica) que se somete temporalmente ante los excesos y la falta de pruritos sociales y personales. Armande es, sin duda, la heroína más estrafalaria de esta sección competitiva.

Otra “comedia” entre varias comillas (aunque que lo es, lo es), el segundo largometraje de la israelí Karni Haneman luego de Fuck You Jessica Blair es la primera premiere mundial de esta sección competitiva. Descendiente lejana de un Aki Kaurismaki a quien le hubieran inyectado altísimas dosis de pesimismo, Haneman recurre a apenas cuatro personajes y tres o cuatro paradas en la ruta para construir un relato hecho de diálogos y miradas, aunque la falta de expresividad es parte esencial de la ecuación. A Tom, la protagonista, interpretada por la propia Haneman, la encuentra Kobi (Adam Avidan) en un paraje desolado y rocoso, encerrada en un auto y con una manguera saliendo del caño de escape e ingresando por una de las ventanillas. Pero el coche no enciende y el suicidio no tiene lugar. Es la segunda vez que lo intenta, le confesará ella más tarde, y la primera, exactamente un año atrás, la cosa tampoco terminó de funcionar, como lo demuestra su existencia en tiempo presente.

Tom’s 2nd Suicide.


De allí en más, la depresiva Tom y el misterioso Kobi recorrerán rutas principales y senderos interiores en busca de un precipicio que pueda llevar a buen puerto el deseo de la joven, con la aparición de un hombre en una estación de servicio y la de otro potencial suicida como únicas compañías temporales del dúo central. El tono elegido por la realizadora y actriz es el del humor seco, lacónico, a cara de póker, atravesado por instancias de completo absurdo, como la escena en la cual un pequeño paquete de chocolate con maní en barra se transforma en un evento de suma importancia. O aquella otra en la cual las “últimas palabras” antes de morir devienen en una discusión sobre los spoilers. No todo funciona en la lánguida y, por momentos, extrañamente tierna Tom’s 2nd Suicide, en particular cuando, ya en el tercer acto, la comicidad le cede el lugar a ciertas disquisiciones filosóficas de cierta severidad superficial. La raigambre indie del universo creado por Haneman se completa con un par de canciones ad hoc que acompañan a los singulares héroes en su derrotero ¿hacia ninguna parte?

* Gatillero se exhibe el lunes 7 a las 16 y el martes 8 a las 13:30 en Teatro Alvear.

* Aimer perdre se exhibe el martes 8 a las 15:55 y el jueves 10 a las 21:50 en Cinépolis Plaza Houssay 4

* Tom’s 2nd Suicide se exhibe el lunes 7 a las 15:40 y el martes 8 a las 13:25 en Cinépolis Plaza Houssay 2

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