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Si algo relacionado al orgullo hemos perdido, es haber sucumbido a las leyes del mercado de la masculinidad. La loca, esa figura desobediente, escandalosa, punzante, es hoy la gran olvidada en nuestra mesa de la diversidad. Durante mucho tiempo fue nuestra redentora, la que existía sin permiso. Fue la guía en esta religión sin castigos que inventamos a fuerza de escarnio, plumas y política. Pero los varones gays, los varones homosexuales, hemos abandonado esa figura. Y eso sí ha sido una derrota de nuestra comunidad.

A principios de este año, en un taller de comunicación que dicto, se me pidió que no hablemos de homosexualidad, porque se podía entender que se estaba politizando la institución. Al principio me hice el desentendido, como queriendo quitarle el lado ideológico al contenido del programa, pero me dije: claro que es politizar hablar de todas las sexualidades. La censura previa que recibí -que por suerte no prosperó- era la imposibilidad de entrevistar para un streaming a una agrupación de adulteces LGBTIQ+. Imaginen lo político que es hablar hoy de vejeces maricas, tortonas o trans. Siempre pensamos en las nuevas generaciones y sus vidas posibles. Pero también tenemos que pensar en nosotres, las locas que fuimos y las locas que aún estamos vivas.

En un mundo cada vez más macho, me niego a pensar que el orgullo sea solo un acto performático dentro de un bar de la comunidad. Haber ganado las calles, haber cumplido más de 35 años de marchas del orgullo y que haya tantas marchas como ciudades y pueblos, son conquistas de nuestro tiempo. La pregunta sobre el orgullo es continua, es casi un mantra, es un estilo de vida.

¿Qué orgullo nos queda si olvidamos a las locas que nos salvaron? ¿Quién nos salvará ahora? La pregunta sobre la loca es una herida abierta. Las locas del Frente de Liberación Homosexual, las locas de todos los partidos políticos, las locas de todas las avenidas de levante. Una huella de la disidencia que sigue incomodando incluso dentro de los propios activismos: ¿Dónde están las locas en medio de tanto macho">