
Ahí cayó la ficha de lo tanto que se le extrañaba, pero la fuerza de su obra lo mantuvo siempre presente y sobre todo vigente. Al igual que mantuvo su condición de pionero de la escena. Amén de que el orden del repertorio pareciera haber establecido una narrativa aparte, con la que el artista hizo catarsis sobre el karma que transitó, lo otro que distinguió esta serie de shows en el predio de Villa Crespo es que el rapero encarna a la perfección la etiqueta "música urbana". Por más que se suele usar incluso para MCs o proyectos que tienen un estilo definido claramente, Londra representa esa amplitud de géneros para la que fue creado el término. Y eso lo evidenció a lo largo de su performance. De hecho, hasta quedó expuesta su veta rockera de la mano de "Plan B", precedida del rap "Chango".
Más allá de la emotividad que envolvía a este regreso al ruedo recitalero, la puesta en escena que lo respaldó se transformó en un plus, potenciando el relato. Con excepción de las propuestas dedicadas a la música electrónica, pocas veces se vio algo así en Buenos Aires, subiendo la vara visual y estética de los espectáculos musicales. Confeccionado por la diseñadora estadounidense para shows en vivo Charli Davis (en confabulación con Buena Productora, y quien ya puso su ingenio al servicio de artistas locales del calibre de Hernán Cattáneo), tanto el cubo como las dos pantallas conectadas y abiertas en forma de V eran funcionales al entramado de las historias de las canciones. Aunque en ocasiones se tomaron licencias para hacer interpretaciones más sugerentes que fieles, sin que esto opacara a Londra. Todo lo contrario.
Rayos y centellas mimetizándose con el artista hasta convertirlo en una suerte de Zeus, arces japoneses azules emergiendo de la nada, la ciudad vista desde azoteas virtuales, recreaciones futuristas del centro de alguna urbe asiática a la noche, superposiciones de línea a lo Tron, o ese león desatado camuflado de amarillo, hilvanaron la dialéctica visual. Y mientras esto sucedía, el músico de 27 años subía y bajaba del cubo para luego seguir el recorrido por el pasillo que emanaba del tablado. Justo en ese lugar cantó "Ojalá", R&B con salpicones salseros, secundado por el merengue "Recién soltera". Y tras ese trocito de Caribe, regresó al R&B por intermedio de "Glamping". Y antes del rap "Mi versión", espetó: "¿Estamos activos o no? No saben lo que esperé para contarles mi versión".
Una vez que sonó el rap seminal "Condenado por el millón", la banda que acompañó al cantante y compositor, que hasta esa instancia se mostró solvente y prolija, salió de cuadro. Lo que dio inicio a un nuevo bloque de la performance, donde sólo quedó el DJ Alan Tejeda. Juntos levantaron el telón con "Toc toc", que el cordobés grabó con el productor y rapero estadounidense (figura influyente de ese género desde los '90). Avanzaron con el trap "Sólo pienso en ti", para luego subirse al dembow cadencioso "Cuando te besé" (que grabó con Becky G). Y regresaron al trap en "Chica paranormal" y "Romeo y Julieta". El jangueo de la noche fue por cortesía de "Itamambuca" y "Protagonista", para el que llamó a su colega LIT killah al tablado.
A manera de postal poética, Londra se vio prendido fuego (a razón del efecto de las visuales) en el trap "Forever Alone", y se mantuvo en esa misma sintonía en "Party en el barrio" (esta vez sin Duki, con quien firmó el tema). El reggaetón épico que había sacado en su sesión con Bizarrap, "BZRP #23", ultimó esa terna de canciones previa a lo que estaba por venir. Cuando el recital había alcanzado un envión imparable, la estrella argentina de la música urbana decidió interactuar con su público, recurriendo a una de sus pasiones: el básquet, para lo que invitó a dos fans y se sumó su DJ a hacer algunos tiros a un aro que trajeron a escena. Más que sumar, el gesto le restó energía al show. No obstante, al apagarse las luces el "Olé, olé, Paulo", de parte de sus fans, le inyectó nuevamente brío a este regreso.
Reapareció la banda, en esta ocasión escoltada por los 12 músicos de la Orquesta Juvenil Bonaerense. Con ellos, Londra interpretó la balada "Posdata" y otra, pero de su flamante EP Versus (2025): "Next". Después de despedir al conjunto de cuerdas, se abrió pasó con el dembow lento "Ella" y, a continuación, le pidió a su guitarrista, Lu Torfano (integrante también de la banda de Lali) que le diera suelta a un santanesco solo en "Maldita abusadora". Y si el reggaetón "Julieta" tuvo dejo a pop latino, el rock "Nublado" flirteó con Blink-182 y la intro de "A veces" tomó prestado el inicio de "Everything in Its Right Place", de Radiohead. "PSVL" se tornó en la cancíon más freestylera del set, justo antes de "Ramen para dos", en la que subió María Becerra (quien también lo había hecho el sábado) y que confirmó que Londra está de vuelta. Y con más fuerza.
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